sábado, 25 de julio de 2015

Alayón, Asistencia o asistencialismo, capítulo 4: el asistencialismo en la política social y en el trabajo social

Norberto Alayón       ASISTENCIA O ASISTENCIALISMO

CAPITULO 4: El asistencialismo en la política social y en el trabajo social

1. Introducción

El ASISTENCIALISMO es una de las actividades que las clases dominantes han implementado históricamente para suavizar mínimamente la miseria que ellas mismas generan y PARA PERPETUAR EL SISTEMA DE EXPLOTACION. La idea es dar cierto alivio para frenar el conflicto y preservar los privilegios de los más poderosos. Para ello, se usaron hospitales, asilos, construcción de viviendas, escuelas, etc, siempre insuficientes, con la participación, consciente o no, de filántropos, religiosos, damas de beneficencia, etc.
El tema es que también los trabajadores sociales hacen esta tarea, y una de las reacciones que esto ha generado es la del rechazo total por la profesión. Pero la cuestión no es tan simple: “El padre o la madre de un niño que tiene hambre o sufre una enfermedad, no se detiene necesariamente a pensar en la intención u orientación de quien le llegue a brindar ayuda…”, y menos va a rechazar esa ayuda que tanto espera y necesita.
La realidad es que las clases dominantes no hacen asistencialismo porque son “desprendidas” o solidarias, sino que resignan un mínimo de su riqueza para no ver afectados sus intereses. Además, los sectores necesitados también deben luchar duramente para conseguir satisfacer algunas reivindicaciones, es decir , que es el grado de desarrollo de la lucha de clases lo que determina cuánto cederán las clases dominantes y cuánto lograrán los sectores subordinados. Así, LAS POLITICAS SOCIALES SIRVEN A LOS INTERESES ESTRATEGICOS DE LAS CLASES DOMINANTES, PERO DE NINGUN MODO SON INDIFERENTES PARA LAS CLASES DOMINADAS QUE, AUNQUE SEA EN PARTE, CON ELLAS CUBREN SUS NECESIDADES.

2.    El asistencialismo, lo asistencial y la política social

Algunas interpretaciones tienden a calificar por igual a todos los gobiernos, sean oligárquicos y pro-imperialistas o nacionales y populares, por ser ambos reaccionarios (uno por oligárquico, el otro por burgués). Estas interpretaciones (Alayón se refiere a algunos autores marxistas) centra todo el conflicto en la dicotomía burguesía-proletariado, sin advertir que hay otro antagonismo más importante - siempre según la opinión de Alayón - que es el de las naciones opresoras contra las naciones oprimidas. Así, en las naciones coloniales o semicoloniales, los gobiernos democrático-burgueses, es decir, los gobiernos burgueses, pero con una orientación nacionalista y distribucionista (por ejemplo, el peronismo clásico), cumplirían un papel progresivo en la historia: el nacionalismo de un país opresor es reaccionario, pero es progresivo el nacionalismo de un país oprimido ya que, al defender un interés nacional se ve forzado a enfrentarse con el imperialismo y a apoyarse en las masas populares. De allí surge la consigna de la liberación nacional, ligada con la de la liberación social, ya que estos movimientos nacionales y populares aumentan las políticas de bienestar social. Y las masas, aunque esa política sea paternalista, los apoyan, porque ven satisfechas muchas de sus demandas.
Así, Alayón dice que “…ES LA ORIENTACION IDEOLOGICO-POLITICA DE LA PRACTICA ASISTENCIAL LO QUE DETERMINA SI ES ASISTENCIALISTA O NO”: si no se erradican las causas profundas del atraso, se trata de asistencialismo, de tipo oligárquico, pero si la actividad asistencial se asume como un derecho del pueblo explotado y se actúa contra las causas de la explotación y la miseria, tenemos entonces, dice Alayón, gobiernos nacionales y populares.

3.    El asistencialismo y el trabajo social

La opción “repartija de leche” (que sería asistencialismo oligárquico) versus “acción revolucionaria” (que sería socialismo marxista, propio del movimiento llamado de Reconceptualización) es una opción que Alayón cree falsa. Sin embargo, la Reconceptualización sirvió para que los trabajadores sociales tomaran conciencia. De todas formas, no alcanza con denunciar al Estado y a la clase dominante, porque EL PUNTO CENTRAL DE LA TAREA DEL TRABAJADOR SOCIAL ES PARTIR DE LAS NECESIDADES CONCRETAS DE LA GENTE, PARA PROFUNDIZAR LO MAXIMO POSIBLE LAS CONQUISTAS SOCIALES: “RECIBIR LO QUE SE NECESITA, AUNQUE APAREZCA COMO PALIATIVO Y BENEFICO, Y ESTAR PREPARADO PARA SEGUIR ADELANTE. RECLAMAR, RECIBIR, RECLAMAR…”.
La prestación de los servicios, y no su negación por ser instrumento de dominación, debe ser el punto de partida para organizar y movilizar a los desposeídos.

4.    Consideraciones finales

HAY QUE DESTERRAR LA IDEA DE QUE CUALQUIER PROYECTO DE SERVICIOS IMPLICA ASISTENCIALISMO, DEMAGOGIA Y POPULISMO.

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2 comentarios:

  1. Entoces concluyo, que a la hora de implementar una intervención profesional, eligiria la asistencial. porque esta es un conjunto de ideas que van dirigidas a las personas en estado de necesidad o de desprotección física, mental o social, en la que la intencionalidad de las mismas es ayudar, acompañar al individuo para que se incorpore a su vida productiva, va más allá que una ayuda, si no que pretende adentrarse en el problema que tiene el individuo y tratar de comprender porque llego a eso y de esa manera ayudar al que el individuo se incorpore a su vida productiva. en cambio el asistencialismo lo que implementa es ayudar en lo inmediato, parchando el problema que a la persona lo llevo a estar en su situación de desproteccion,,, no?

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  2. Creo q siempre q la intervención parta de la lógica de la ayuda hay un error. No mal intencionado,pero las intervenciones de un trabajador social siempre tienen que responder al derecho.

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