sábado, 25 de julio de 2015

Abellán, Reforma del Estado: hacia un sistema parlamentario

Abellán, Joaquín

 

REFORMA DEL ESTADO: HACIA UN SISTEMA PARLAMENTARIO

ESTUDIO PRELIMINAR A “ESCRITOS POLÍTICOS”, de max weber

            Tras la Gran Guerra (1914–1918) en Alemania se abolió la monarquía constitucional y se proclamó la República, sin embargo la discusión del momento no era sólo la parlamentarización sino también la reforma del Estado, en una Nación dividida en facciones y con una pesada carga por reparaciones de guerra.
            Según Weber, la historia de Alemania desde mediados del siglo XIX se caracterizaba por la existencia del ESTADO BUROCRATICO, es decir un régimen con un fuerte componente personalista y burocrático. El canciller Bismarck había gobernado sin oposición política sólo acompañado de eficientes funcionarios civiles y militares, y con el consentimiento del Emperador Wilhem II.
Aunque Bismarck modernizó la economía y el Estado alemán ubicándola entre las primeras potencias del siglo XIX, dejó intactos los privilegios de la clase terrateniente alemana (Junkers) que, incluso, recibieron subvenciones del Estado. A la falta de independencia económica de los terratenientes se sumaba la inmadurez de la burguesía y el proletariado para que surgiera una conducción política eficaz.


WEBER PROPONIA EL PARLAMENTARISMO PARA SUPERAR AL ESTADO BUROCRATICO. CITABA COMO EJEMPLO A INGLATERRA


Para Weber era esencial salvar los restos de libertad individual EN PELIGRO POR LA EXCESIVA BUROCRATIZACIÓN[1]. Estaba claro que había diferencias notorias entre un político y un funcionario, estas son:

1.      Funcionario: recibe órdenes sin discutirlas, no tiene dotes de mando porque la estructura administrativa no se lo permite. Recibe por su labor sueldo y “prestigio” (sólo por cumplir las órdenes aunque sean erróneas).
2.      Político: tiene una “causa” propia, temperamento, posee dotes de mando y debe ganarse aliados y seguidores sin estar atado a las órdenes. Busca el poder y la responsabilidad del cargo frente a quienes lo eligieron (para ser reconocido).

SÓLO UN SISTEMA PARLAMENTARIO PODRÍA SUMINISTRAR DIRIGENTES POLITICOS, de ahí surge la legitimidad del régimen. Los políticos tienen proyectos personales que, para cumplirlos, los llevarán a convertirse en líderes; y a pesar que esto puede traer aparejada cierta corrupción, el sistema burocrático no estaba exento de la misma.
Weber insistía que la Constitución de ese momento desalentaba a los talentos políticos convirtiéndolos en funcionarios, también decía que era imposible pensar en una democracia sin Parlamento porque sería crear un poder burocrático incontrolable.
La democracia, el sufragio masivo y el Parlamento son la génesis de los POLITICOS PRFESIONALES. Hay dos clases del mismo:

·        Políticos que viven DE la política: hacen de la política una actividad lucrativa.
·        Políticos que viven PARA la política: tienen ambiciones de liderazgo.

Ahora bien incluso en los partidos de masas modernos aparece la burocracia del partido, con mayoría de políticos que viven DE la política (políticos– funcionarios de partido) y que pueden opacar a los líderes.
Sin embargo, como en el caso del Primer Ministro inglés o el presidente norteamericano las masas tienden a la elección plebiscitaria, o cesarística[2], de sus líderes, es decir su poder radica en la confianza de las masas.


WEBER CREE QUE LAS DEMOCRACIAS DE MASAS TIENEN (Y DEBEN TENER) LAS SIGUIENTES CARACTERISTICAS: PARLAMENTO ACTIVO PARA FORMAR LIDERES Y UN LIDERAZGO DEMOCRATICO PLEBISCITARIO


Aunque parezcan aspectos contradictorios, para Weber es posible tal conjunción, y por ello escribe varios artículos insistiendo en la necesidad de que el pueblo elija un líder plebiscitario que tenga predominio sobre el Parlamento. Pero esto no significa que desaparezca el Parlamento, sino que se ACENTÚE el poder del líder carismático, sin que sus decisiones se pierdan en marañas burocráticas (frenar la rutinización burocrática de la sociedad)[3].



[1] La obra en que Weber plasma estas preocupaciones es Parlamento y Gobierno.
[2] Por plebiscitario se alude al contacto directo líder – masa. Por cesarístico se entiende el poder que tiene el líder por recibir apoyo indiscutible de las masas.
[3] La autodeterminación del individuo y el Parlamento siguen vigentes pero con la “guía” de un líder carismático elegido por el pueblo.

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